«La inversión es un negocio a largo plazo donde la paciencia marca la rentabilidad».

Francisco García Paramés

Las inversiones se clasifican de acuerdo con sus características, de distintas maneras y una de ellas es el tiempo en el que permanecen invertidos los recursos: corto plazo (menos de 2 años), mediano plazo (2 a 5 años); y largo plazo (más de 5 años). A cada una corresponde cierto grado de liquidez, riesgo y rentabilidad. Quien invierte a largo plazo está dispuesto a no utilizar sus recursos por al menos 5 años, así como a asumir un mayor nivel de riesgo en busca de obtener mejores rendimientos.

Pero, ¿a quién le conviene invertir a largo plazo?

La respuesta está en la meta que quieres lograr.

Si quieres comprarte un auto en dos o tres años, necesitarás planear una estrategia de ahorro – inversión de mediano plazo con un nivel de riesgo que te permita preservar el poder adquisitivo de tu capital y agregarle cierto valor. Si tu meta es ahorrar para financiar tu retiro, entonces requerirás una estrategia de inversión de largo plazo en la que puedes considerar distintos instrumentos, por ejemplo, acciones, fondos de renta variable, Exchange Traded Funds (ETFs), bonos, planes de retiro, bienes raíces, y arte, entre otros.

Al hacer una inversión a largo plazo es muy importante hacer un minucioso análisis del instrumento o activo en el que se va a invertir porque el dinero va a permanecer ahí por un largo tiempo y si no se hace la selección correcta se corre el riesgo de perder lo invertido o una parte de esos recursos. Este punto se puede superar si se toman decisiones de la mano de un buen asesor financiero.

Las inversiones de largo plazo ofrecen diversas ventajas, principalmente sobre las de corto plazo, aquí te enumeramos algunas de las más importantes:

Ventajas de invertir a largo plazo

• No tienes que monitorear tus inversiones continuamente y estresarte cada vez que baja el principal indicador de la bolsa de valores.
• Las inversiones a plazos de 5 años o más gozan de ciertos beneficios fiscales que redundan en una mayor rentabilidad.
• Suelen ser menos volátiles en su valor que las de corto plazo por lo que cuanto más tiempo se mantenga la inversión, más probabilidades se tendrá de superar los períodos de baja del mercado y obtener atractivos rendimientos.
• Los rendimientos promedio que ofrecen ayudan a mantener el poder adquisitivo de los recursos invertidos porque suelen reportar rentabilidades superiores a la tasa de inflación.
• Cada año que tu dinero permanece en una inversión, el interés generado se suma al interés del último periodo, lo que conduce a rendimientos mucho mejores que la inversión a corto plazo (a esto se llama interés compuesto). Es precisamente por esta razón que se recomienda comenzar a invertir para la jubilación a temprana edad.
• En etapas de gran volatilidad (generada por factores como crisis económicas y financieras, elecciones, etcétera) la mejor opción es dejar sin cambios las inversiones hasta que retorne la calma y los instrumentos recuperen sus niveles de rentabilidad.

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