¿Resaca financiera por el Buen Fin?

Skandia México / 24 noviembre , 2020

El antídoto es planear tus compras y olvidarte de comprometer tus ingresos futuros

«En la medida en que le debas a más personas, más pobre serás».

Creo, sin temor a equivocarme, que la mayoría de las personas quisieran borrar de su memoria este “annus horribilis” que, por fortuna, ya está por concluir. En términos financieros no todos lo han vivido de igual manera. En mi entorno hay personas que lograron mantener su empleo y nivel salarial, a otras incluso ¡les incrementaron el sueldo!, pero la gran mayoría ha tenido que ajustarse el cinturón porque bajaron sus ingresos o perdieron su empleo.

Con todo, mucha gente no quiso desaprovechar los descuentos que miles de establecimientos comerciales ofrecieron en la edición 2020 del Buen Fin para comprar aparatos electrónicos, línea blanca, ropa y calzado, entre otros productos y servicios.

Ojo con las compras a meses sin intereses

Aunque en México el Buen Fin nació con la idea de emular el Black Friday estadounidense – cada año tiene lugar un día después del Thanksgiving Day– que sí ofrece verdaderas gangas a los consumidores, en nuestro país más bien se ha caracterizado por promocionar compras a meses sin intereses, pero como la excepción hace la regla, en algunos casos es factible encontrar alguna que otra oportunidad de compra imposible de soslayar.

Este año ha sido atípico en muchos sentidos y en términos de ingresos financieros para empresas y personas, extremadamente incierto; por ello, muchos de quienes se dejaron llevar por lo atractivo de adquirir bienes y servicios a meses sin intereses (3, 6, 9, 12, 18, 24 y más) al final tuvieron que sentarse a hacer cuentas y evaluar cuánto tendrán que pagar en los meses por venir y si existen las condiciones para que cumplan, con certeza, sus compromisos financieros sin ningún contratiempo.

El instar a las personas a gastar para apoyar a la economía del país es válido, aun más en las condiciones como la que actualmente se vive en México y el mundo con la crisis sanitaria y económica; sin embargo, corresponde a cada uno evaluar si puede o no comprar o hasta cuánto puede gastar atendiendo su situación financiera personal. Siempre será mejor presupuestar las compras con anticipación abriendo un cajón de ahorro-inversión para cada meta u objetivo, y claro está, hacer los ajustes necesarios cuando se presenten contingencias que escapan a su control para evitar afectaciones a su salud financiera. Para tener en cuenta: también las compras a meses sin intereses se pueden planear y es una manera válida de adquirir bienes y servicios.

¿Resaca? Sólo si no planeaste tus gastos

En el calendario ya está estipulado, desde el 2011, la realización del Buen Fin en las primeras semanas de noviembre de cada año, por lo que destinar un ahorro para provechar oportunidades de compra es algo que se puede programar con antelación. Así, el plan financiero anual no se verá afectado porque no se tendrá que disponer de dinero destinado a otro objetivo o meta financiera.

Si este 2020 no tenías un cajón de ahorro destinado exclusivamente a adquirir bienes y servicios durante el Buen Fin, o lo tenías pero tus ingresos se vieron mermados como consecuencia de la pandemia y no hiciste los ajustes pertinentes en tus metas de ahorro e inversión, es probable que después de vivir la euforia de visitar tiendas (con todo y las restricciones de movilidad y medidas de higiene) y de navegar por los portales de las tiendas y Marketplaces haciendo compras a meses sin intereses o utilizando la tarjeta de crédito, hayas terminado por comprometer tus ingresos futuros en un entorno impregnado de fuerte incertidumbre financiera y económica y… tendrás que actuar en consecuencia.

Termino este texto con la frase con la que se inició: «En la medida en que le debas a más personas, más pobre serás», pues destinar un porcentaje elevado al pago de deuda (con o sin meses sin intereses) puede convertirse en un gran obstáculo para crear riqueza financiera y patrimonial de largo plazo. Dile no a la resaca y sí a la planeación financiera, evita dolores de cabeza y apretones de cinturón que asfixien tu economía.