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Diciembre es uno de los meses del año en los que las personas con empleo formal disponen de mayor liquidez gracias a que reciben ingresos “extra” como, por ejemplo, el aguinaldo. Un derecho laboral que la Ley establece como el equivalente a 15 días de salario, pero que algunas empresas llevan hasta 30 o 45 días y que deben ser pagados a los trabajadores, a más tardar, el 20 de diciembre.
Quizá te ha ocurrido que semanas antes de recibir el aguinaldo ya estás planeando todo lo que vas a hacer son ese dinero: eliminar deudas, renovar muebles, dar mantenimiento a la casa, iniciar un plan de ahorro para cumplir una de tus metas prioritarias, etcétera. La lista de pendientes y posibles usos de esos recursos puede ser interminable.
Sin embargo, cuando termina el puente Guadalupe-Reyes ves con pesar que no hiciste nada con esos recursos; que entre regalos, cenas, juguetes y festejos te quedaste en ceros y que, incluso, tuviste que recurrir a las tarjetas de crédito para realizar todas tus compras de la temporada.
Planea y ponlo por escrito
No dejes que este año el aguinaldo se te vaya de las manos como agua sin que deje una huella positiva en tus finanzas personales. La mejor manera de evitarlo es planeando con anticipación el destino que le darás a cada peso. Partamos del principio de que el dinero es un recurso limitado y, por lo tanto, necesitas analizar el destino y resultado que tendrá en tu construcción patrimonial de corto, mediano y largo plazo.
Haz tu lista de metas y priorízalas de acuerdo a la importancia que tengan en tu vida. Las primeras serán el mejor destino que le puedes dar a tu aguinaldo.
Planea tus compras
La temporada navideña es festiva y el espíritu de compartir con familiares y amigos se hace presente. No te prives de esos momentos, pero evita gastar sin ton ni son (caer en el consumismo) sin reparar siquiera en cuánto has gastado. Asigna un presupuesto a los gastos de la temporada y apégate a él con disciplina.
Y para las navidades del próximo año, procura comprar poco a poco tus obsequios a lo largo del año. Así tendrás que destinar menos de tu ingreso extraordinario (aguinaldo) a los gastos de temporada y tendrás más recursos para ahorrar, invertir y, quizá, transformar tu vida financiera.
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