Estas inversiones, también conocidas como sustentables, busca promover cambios positivos en el medio ambiente, la sociedad y las empresas, sin dejar de lado la rentabilidad.
El cambio climático, y la contaminación, así como la corrupción, los derechos humanos, la equidad de género, la erradicación de la pobreza y la inclusión son solo algunos de los grandes temas que están influyendo, cada vez más, en las decisiones de consumo e inversión a nivel mundial.
Y que una corporación integre en su operación las preocupaciones e intereses de la gente le agrega valor a una marca e incentivan a los ahorradores a demandar cada vez más instrumentos de inversión respaldados por este tipo de empresas generando, con ello, una creciente oferta de portafolios de inversión con criterios ambientales, sociales y de buen gobierno conocidos como ESG, sin que ello signifique sacrificar sus objetivos de rentabilidad personales.
Según los investigadores del Instituto de Inversión Sostenible de Morgan Stanley, «La inversión en sostenibilidad generalmente ha alcanzado, y a menudo superado, el rendimiento de inversiones tradicionales comparables… en todas las clases de activos y en el tiempo».
Hoy las personas están cada vez menos dispuestas a ganar a costa de lo que sea, y se están tomando un tiempo para encontrar opciones de inversión que sean congruentes con sus valores, convicciones y las causas que defienden.
Por ejemplo, desde hace algunos años una de las mayores preocupaciones de la gente se ha centrado en cuidar y preservar el medio ambiente procurando reducir la huella de carbono de la actividad humana en el planeta, y empezaron a consumir productos biodegradables, reciclados y los fabricados por empresas con procesos productivos enfocados a reducir a 0 la emisión de CO2 -responsable de generar el cambio climático- beneficiando a quienes ya lo hacían y empujando a las que todavía no adoptaban esquemas de producción más limpios a que lo hicieran.
Las inversiones ESG llevan varios años en los mercados financieros, aunque ahora involucra muchos más temas sustentables, sociales y corporativos derivados de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad de la ONU.
En México se lanzó un índice accionario sustentable en el 2011 que incluía acciones de empresas que cumplían con ciertos criterios de sustentabilidad. Hoy este índice es el S&P/BMV Total México ESG Index y lo integran las acciones con la mejor puntuación ESG de S&P DJI, un indicador que mide el desempeño de la sustentabilidad corporativa enfocado en los problemas más importantes desde el punto de vista financiero dentro de las industrias, y que dice a los inversionistas cómo va el desempeño de determinada firma.
En este sentido, las inversiones éticas son un ganar – ganar porque, aunque una inversión tiene como objetivo básico generar beneficios financieros que mejoren el bienestar y nivel de vida de quién las realiza, también repercuten positivamente en su entorno pues los portafolios ESG evalúa las ganancias financieras de las empresas, pero también los beneficios sociales y económicos que ofrecen a largo plazo.
Actualmente la oferta de inversiones ESG incluye acciones, bonos, fondos de inversión y ETFs a nivel nacional y global. Por otra parte, es importante señalar que, aunque los puntajes ESG son un buen parámetro para elegir las opciones de inversión más sustentables, la inversión ética aún tiene camino por recorrer en cuanto a lograr la objetividad, transparencia y estandarización deseada por los mercados financieros; con todo, son una excelente guía para la conformación de portafolios sustentables que apoyan y defienden las causas e intereses de los inversionistas.
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