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Investigaciones académicas y encuestas recientes destacan que el conocimiento y desarrollo de las habilidades financieras de las personas, independientemente de su edad, ha avanzado marginalmente en la última década.
Con todo, el contexto económico que le ha tocado vivir a la generación Z (personas nacidas entre 1997 y 2012 y que se están sumando al campo laboral) los ha obligado a diferenciarse al hacerse más conscientes de la necesidad de aprender de finanzas personales, de tener claros los conceptos de presupuesto (planeación de gastos) y ahorro, así como la relevancia de contar con un fondo de emergencia para hacer frente a contingencias como la que generó la pandemia del COVID-19 en 2020 y en la que muchos jóvenes perdieron sus empleos, y ahora con la inflación y el deterioro del poder adquisitivo del dinero.
No obstante, aún tienen limitantes que frenan su participación en el campo de las inversiones al considerarlo complejo y no sentirse seguros de tener los conocimientos necesarios para poner a trabajar su dinero; y esto es preocupante porque la inversión es la manera de generar bienestar financiero en sus vidas.
Algunos jóvenes sí están invirtiendo y destaca su interés por activos como acciones y criptomonedas caracterizados por su alta volatilidad (especialmente los segundos). En lo que respecta a las acciones les interesan más las emitidas por las empresas tecnológicas que admiran y aquellas que se preocupan por el medio ambiente, la sociedad y la inclusión (ESG); sin embargo, sus conocimientos y habilidades siguen siendo limitadas como en generaciones anteriores.
Así, los expertos destacan la urgencia de desarrollar mecanismos que acerquen a todas las generaciones, especialmente a los más jóvenes, al aprendizaje y desarrollo de habilidades financieras que contribuyan a su bienestar financiero físico, mental y social: menos estrés y mejor calidad de vida.
La Generación Z muestra interés y preocupación por expandir sus conocimientos y habilidades financieras más allá de cómo funcionan los gastos y los ahorros, pero necesitan abrir sus opciones de aprendizaje que hoy centran, básicamente, en las redes sociales (YouTube, TikTok, entre otras) y los influencers. Los nativos digitales tienen en Internet un mundo de información y acercarlos a un asesor financiero también puede ayudar, así como tomar cursos enfocados en la creación de riqueza. Necesitan acelerar el paso en el desarrollo de sus habilidades para invertir y tomar el control de su vida financiera a corto, mediano y largo plazo.
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