Una vida financiera en la que se dispone de recursos para cubrir el pago de facturas y deudas, se tiene libertad para tomar decisiones de gasto (necesarios y deseos), se planean objetivos financieros y se afrontar emergencias sin menoscabo del patrimonio es vivir en un estado de bienestar financiero.
Si tus finanzas no tienen estas características, nunca es tarde para empezar a construir tu bienestar financiero. El inicio de un nuevo año es la ocasión ideal para cerrar ciclos, cambiar hábitos malos por buenos y planear estrategias dirigidas a mejorar la salud de tus finanzas que, dicho sea de paso, se encuentra estrechamente relacionada con la salud mental y física y puede impactar –positiva o negativamente- las relaciones interpersonales y el rendimiento laboral.
La relevancia del presupuesto
Empieza por analizar en dónde te encuentras financieramente y en dónde deseas estar. La mejor herramienta para analizar y planear estrategias es el presupuesto pues te marcará las directrices de lo que necesitas hacer al encontrar respuestas a interrogantes como ¿En qué y cuánto estoy gastando? ¿Ahorro e invierto lo suficiente para alcanzar mis objetivos financieros? ¿Realizó compras emocionales o racionales? ¿Puedo disminuir mis gastos? ¿Qué tan preparado estoy para eventos inesperados? ¿Qué porcentaje de mi ingreso se dirige al pago de deudas?, entre otras.
No existe una regla presupuestaria estándar, pero sí hay modelos o referencias que pueden tomarse como punto de partida. Este es el caso de la regla presupuestaria 50/30/20 que recomienda cómo asignar los ingresos mensuales después de impuestos:
Si en tu presupuesto mensual observas que las proporciones de estos rubros se disparan significativamente, detente a analizar las medidas que podrías empezar a tomar para ajustarlas, aunque, como ya se mencionaba, no tienen que ser exactas en todos los casos. El nivel de ingreso de cada persona y el patrimonio neto del que disponga pueden hacer la diferencia. Como sea, lo importante es que tengas la certeza de que tu asignación de ingresos funciona para tu proyecto de vida y te lleva a construir un sólido estado de bienestar financiero.
Consejos para cumplir la Regla 50/30/20
1.Vive de acuerdo a tus posibilidades.
Competir con el vecino o amigo para ver quién tiene la casa más grande o el coche más costoso sin considerar tu situación financiera real es el camino más seguro al desastre financiero y a vivir en un estado de permanente estrés financiero.
Hacer y respetar un presupuesto brinda los mejores cimientos para desarrollar unas finanzas sanas con gasto consciente y ahorro e inversión que construyan un sólido patrimonio presente y futuro.
2.Protege tus activos (financieros y materiales).
Las pólizas de seguro y los fondos de emergencia son dos formas, no excluyentes, de proteger tus finanzas. Los seguros mitigan la exposición a catástrofes (incendios, inundaciones, muerte e invalidez, entre otras); y los fondos de emergencia evitan incurrir en deudas o echar mano de inversiones a largo plazo cuando se enfrentan dificultades financieras temporales (desempleo, reparaciones de auto o en la vivienda, etcétera).
3.Maneja un nivel de endeudamiento mínimo.
Paga tus deudas y mejora tu situación financiera y calificación crediticia. Con esto incrementarás tu capacidad para ahorrar, invertir y acumular riqueza.
4.Diseña estrategias de ahorro e inversión idóneas.
Sí, ahorrar e invertir es la mejor manera de construir riqueza y generar seguridad financiera; sin embargo, recuerda que el o los instrumentos que selecciones pueden marcar la diferencia (por su relación riesgo-rendimiento en el tiempo), y que entre más temprano inicies el sano hábito del ahorro e inversión más rápido alcanzarás tu estado de bienestar financiero.
Este 2024 sienta las bases para decirle adiós al estrés por temas económicos en tu vida. Alcanza tu estado de bienestar financiero.
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